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Acá posteo lo que sigue
Hermione no pudo concentrarse en todo el día, pensando en lo que había visto y tratando de convencerse de que lo había imaginado. "Harry está muerto", se dijo con firmeza. Pero, sin embargo, había algo en su interior que le decía que sí había visto a Harry. Por otro lado, lo más razonable era que se lo hubiera imaginado todo. Había soñado con Harry y mientras caminaba estaba pensando en él. Intentó pensar en otra cosa en todo el día, en concentrarse en su trabajo, pero no tuvo éxito. Sentía que tenía que hablar con alguien, alguien que la escuchara y tratara de comprenderla, de lo contrario se volvería loca. Pero sabía que nadie la entendería. Si le contaba a sus amigas muggles creerían que estaba más loca de lo que creían. "Ron", pensó. Él era la respuesta. Le podía contar todo. Pero no podía esperar más tiempo para hablar con él. El trabajo podía esperar. Se aseguró de que nadie la veía y desapareció.
Se apareció en la puerta de La Madriguera, ya que sería muy inapropiado aparecerse dentro de la casa sin anunciar antes su visita. Golpeó la puerta. Todo su cuerpo le temblaba. La que abrió fue la señora Weasley, quien dio un grito de alegría y la abrazó, haciéndola entrar en la casa. Hermione vio que allí también se encontraban Ron y Ginny. Ginny también fue hacia donde ella estaba y la abrazó. Hermione pudo ver que Ron le sonreía sentado en la mesa de la cocina. Hermione se sentía muy conmovida por las muestras de afecto que le mostraban esa gente a la que tanto quería, pero, al mismo tiempo, no podía dejar de temblar. No se sentía muy bien. Contestando rápidamente que se encontraba muy bien a la señora Weasley y a Ginny, fue hacia donde estaba Ron. No lo podía soportar más. Tenía que decirle lo que había ido a decirle. Tampoco le importaba lo que le dijeran o pensaran los demás. Simplemente, tenía que hacerlo y no podía seguir fingiendo o posponerlo. Suspiró profundamente y cerró los ojos.
-He visto a Harry hoy. Cuando me encontraba de camino hacia el trabajo.
Seguía permaneciendo con los ojos cerrados. No quería enfrentarse a sus miradas. Pero tenía que hacerlo. Ron estaba desconcertado. La señora Weasley también parecía estarlo, pero, sin embargo, se las arregló para hacerle ver a Hermione la insensatez de lo que había dicho.
-Pero, Hermione, eso no es posible. Tú sabes que…
Pero fue interrumpida por Ginny, que se había sentado en un rincón y lucía muy afectada.
-Mamá-susurró con voz temblorosa-. No es mentira. Yo también lo he visto.
Hermione tomó un sorbo de su copa, mirando ausente las luces y las parejas que bailaban al ritmo de una banda de música mágica que no conocía. A pesar de que era marzo, era una noche cálida. Ella diría que parecía mágica, con las hadas que traían las luces y bailaban por encima de las cabezas de los demás. Verdaderamente, eso diría en otras circunstancias. Pero no era así. Porque no estaba pensando en lo que veía. Su cerebro estaba trabado como un disco rayado, pensando una y otra vez en lo mismo. El hecho de que Harry viviera. Era así como había pasado sus últimos días. Sólo pensando en volverle a ver.
Esa noche, vestía un hermoso vestido cuyo tono pasaba del amarillo claro al dorado, y del dorado al anaranjado. Su maquillaje estaba perfecto, y de sus orejas colgaban dos aros que tintineaban cuando ella movía la cabeza. Sin embargo, Hermione no recordaba haberlo hecho. No recordaba haberse vestido, ni maquillado. Ni siquiera sabía cómo había llegado hasta allí. Y, afortunadamente, no había percibido la expresión de Ron cuando la había visto esa noche. Ella, simplemente, estaba ahí, limitándose a respirar. Y esperando a que él apareciera, porque sabía que lo iba a hacer. Ahora ya estaba completamente segura de ello. "Ginny también lo ha visto, pensó, no soy la única." Aunque Ginny no resultaba muy convincente cuando le contó de lo sucedido, ella le creía. Y era la única que lo hacía.
Mientras tanto, Ron estaba bailando y riendo con sus invitados. Había cambiado mucho la forma en que la gente lo veía, y él también había cambiado, pero no mucho. Más que haber cambiado, sus defectos se habían acentuado ligeramente. Todavía le encantaba que la gente esté pendiente de él. Al haber "ayudado" a combatir al mago más tenebroso de todos los tiempos y ser el único sobreviviente cuerdo (la gente creía que Hermione estaba loca), la gente le prestaba mucha atención. Y esto también se debía en gran parte al hecho de que Harry estaba muerto. Ron disfrutaba enormemente con esto. Se sentía como una celebridad, y ahora que sabía lo que había sentido Harry desde que tenía once años, no podía entender por qué a Harry siempre le había disgustado ser reconocido de esa forma. Toda su vida, lo que Ron había querido era ser distinguido entre sus hermanos. Y nunca había pensado en que lo lograría. Pero lo había hecho. Los había pasado a todos. Y se sentía muy satisfecho consigo mismo.
La fiesta no podía ir mejor. Ron estaba muy contento. Pero, entre toda la gente pudo distinguir a Hermione viendo con expresión ausente hacia donde estaba él. Aunque sabía que ella no lo estaba mirando realmente. Hacía mucho tiempo que no lo miraba. Al verla, Ron suspiró. A pesar de que había muchas chicas bonitas en la fiesta, y que sabía que todas estaban bajo sus pies, Hermione era lo único imposible en su vida. Era lo único que le faltaba. Había reído y se había divertido bastante a lo largo de la noche, pero siempre su mirada volvía posarse sobre Hermione. No podía dejar de pensar en lo bonita que estaba. Y le encantaría pensar que se había puesto así de bonita para él. Pero sabía que no estaba en lo cierto. Ella tenía la idea ridícula de que Harry iría a verla. Cómo si eso fuera posible. Harry estaba muerto, y, a pesar de que quería a Harry porque había sido su amigo, la verdad era que no quería que volviera. No cuando él estaba tan bien. No si quería estar con Hermione. Lo único que necesitaba era tiempo para conquistarla. Sabía que sólo era cuestión de tiempo. Él y Hermione habían nacido para estar juntos y todos lo sabían.
Sabía que había personas que le estaban hablando, pero no le interesaba. Sin saber lo que hacía, se acercó a Hermione. Le dolió la indiferencia y el rechazo con el que ella lo recibió. Sabía que el hecho de que él no creyera que Harry estuviera vivo la seguía afectando.
Hermione seguía pensando en Harry, cuando sintió que Ron se le acercaba. Lo quería porque era su amigo, pero no quería hablar con él en esos momentos. Sabía que Ron no le creía.
-Estás bellísima esta noche-le susurró Ron junto al oído.
Hermione se sobresaltó al escuchar la voz de Ron tan cerca y al percibir su mirada. No la miraba como antes. No sabía por qué, pero la forma en que la miraba la hizo ponerse nerviosa. Atribuyó el estado de Ron alcohol. Conocía su afición a las bebidas mágicas raras.
-Gracias-le respondió cortésmente pero cortante a la vez.
-¿Quieres bailar?-le ofreció Ron.
-No, gracias.
-Hermione, ¡él está muerto!-le gritó Ron impacientemente, al ver que ella no iba a volverle a hablar.
Hermione lo miró como si le hubieran dado una bofetada. Cuando habló, l hizo con voz temblorosa.
-Ginny también…
-¡Sabía que dirías eso! Pero, la verdad es que no puedes confiar en ella. Creyó haber visto a Harry a lo lejos desde el campo. Pero pudo haber sido cualquier hombre. Ni siquiera me reconocería a mí a esa distancia. Además, ya sabes cómo está desde la muerte de Harry. No es la misma, le ha resultado muy difícil.
Hermione no coincidía con Ron. Ginny estaba tan alegre como siempre. Dirigió su vista hacia donde ella estaba. Estaba bailando y riendo entre un grupo de chicos. Y así había sido desde que Harry había muerto. Hermione la había visto llorar en el funeral, pero su tristeza por la muerte de Harry no le había impedido ir a una fiesta el fin de semana siguiente a su muerte. La vida de Ginny era muy cómoda. Casi nunca trabajaba, sus empleos le duraban muy poco, por lo que era mantenida por sus padres. Pero si había algo que le durara menos que sus trabajos eran sus novios. Adicta a las fiestas, Ginny siempre volvía de todas con un chico nuevo, alegando que había sido amor a primera vista. Pero después de pocos días, la magia se perdía.
Hermione pensaba en esas cosas distraídamente cuando algo la trajo de vuelta a la tierra violentamente. ¡Ron la estaba besando!
Hermione se liberó a empujones y salió corriendo con lágrimas en los ojos.
Harry sonrió con tristeza desde su escondite atrás de un árbol. "Entonces así son las cosas", se dijo. Había pasado por millones de obstáculos para sobrevivir y llegar hacia donde estaba. Y la única razón por la que había hecho todo había sido Hermione. Ella había sido como la droga que lo mantenía vivo. Y, a pesar de que sabía que había pasado mucho tiempo y que probablemente ella ya estaría con otra persona, no había podido evitarlo. Tenía que verla. Pero, reconoció tristemente, era obvio que Ron se aprovecharía de la situación. "O quizás no", pensó. Quizás era verdad que ellos siempre habían estado destinados a estar juntos. Porque, recordó dolorosamente, Hermione nunca le había dicho que lo amaba. Nunca.
Harry vio cómo Hermione apartaba a Ron cuando él la había besado. Otras de sus peleas. Ya las conocía bien.
El corazón de Harry comenzó a latir con rapidez. Hermione se acercaba llorando y corriendo n dirección hacia donde él estaba. Se aseguró de estar bien escondido cuando ella pasó a su lado corriendo y sintió la fragancia de su perfume. Miró hacia donde ella se estaba alejando. Sólo le llevó un segundo decidir lo que iba a hacer. Vaciló un instante y él también empezó a correr, siguiendo el rumbo por el que ella se había alejado.
Luego de unos minutos, la encontró acurrucada al pie de un árbol. Estaba llorando. Harry se acercó y se detuvo en frente de ella.
Hermione miró a través de sus lágrimas la figura de Harry. "No puede ser" se dijo. "Realmente ha venido esta noche". Pero, a pesar de que siempre había esperado ese momento, de repente se había quedado sin aire y no podía respirar. Estaba paralizada. Lo único que podía hacer era mirar esos ojos verdes, como hipnotizada. Era algo que deseaba hacer desde hacía mucho tiempo. Se sentía como si estuviera en un sueño maravilloso. Despertó bruscamente. ¡Harry estaba allí! Torpemente, y sin dejar de sollozar, se levantó y echó sus brazos alrededor del cuello de Harry. A pesar de la evidente sorpresa de Harry, éste correspondió al abrazo. "¡Estás vivo!", logró susurrar Hermione. Harry sonrió.
Harry delicadamente apartó a Hermione y la miró a los ojos. Ella le devolvió la mirada emocionadamente. Harry sonrió, contento al fin de poder verla y sobretodo al ver la emoción en sus ojos. "Ella está realmente contenta de verme" pensó felizmente. Pero luego la sonrisa se fue de su rostro al recordar que ella sólo lo quería como amigo y como amigo y que ella estaba con Ron. Pero sus pensamientos fueron interrumpidos cuando Hermione lo besó inesperadamente. Él respondió con todo el amor del mundo. Nunca había amado tanto a alguien como amaba a Hermione. Para ese momento exacto era para lo que él había aguantado durante tanto tiempo. Y ahora lo estaba viviendo. Se sentía como en el cielo.
Hermione se había decidido a besarlo. No había podido evitarlo. De esa forma, Harry sabía que ella lo amaba. Ahora se daba cuenta de que Harry en verdad estaba vivo. Ya nadie podría confundirla ni convencerla de lo contrario. Se sentía más viva ahora que en toda su vida.
Se podría decir que ése fue un momento mágico. Porque, a pesar de que no fue un beso espectacular como los de las películas al ser bastante torpe por la desesperación de ambos, ellos aprendieron una magia que nadie podría enseñarles. Fue un beso tierno y cargado de emoción, fue todo lo que ellos habían esperado.
Pero Harry frunció el ceño. Escuchaba pasos que se aproximaban. Se separó de Hermione y le dedicó una última mirada antes de desaparecer.
Hermione quedó conmocionada. Ron apareció al cabo de unos segundos.
-Hemione, ¿qué te ha pasado?-preguntó en tono de alarma Ron al ver el estado en que se hallaba.
-¿Qué sentido tiene que te lo diga si no me vas a creer?- le contestó Hermione y desapareció.